miércoles, 28 de mayo de 2014

En el Cuyo en la escuela


























La obra de títeres que viaja con nosotros!


La Arania Flacucha. Miguel Angel Suarez Caaman (Chetumal- Mexico)
(perdon por la falta de acentos y enies, mi teclado es gringo)

Esta era una arania que siempre estaba flaca. Todo el tiempo andaba diciendo: -Yo no se que voy a hacer. Quiero estar gorda y robusta como mis vecinas pero ellas no me quieren decir que hacen para estar llenitas. No quiero seguir siendo flacucha.

Entonces, sabes que hizo la arania sobrino?Decidio cambiarse de domicilio! Penso que provablemente los bichos que comiera por otro lugar la alimentarian mejor.
Y asi lo hizo. Sin avisar a ninguna de sus companieras y sus vecinas se fue por otros montes, pues has de saber sobrino, que esta arania era del monte.

Al llegar al lugar que escogio para vivir, se puso a tejer su casa. Cuando termino dijo, mientras secaba su sudor:
-Ah!, que bueno que termine pronto! Ya es noche y deseo descansar un poco antes de atrapar mi comida.

Desde luego, se dispuso a dormir un rato en su nueva casa. Estaba por cerrar sus ojos, cuando a lo lejos, distinguio a unos bichitos que parecian pequenias estrellas, las cuales, segun calculo, en ese momento pasarian por su trampa de saliva. Muy contenta se preparo para recibirlos.DIjo alegremente:
-Que bueno! Ahi viene mucha comida y creo que dejare de ser flaca para siempre.

En verdad asi sucedio. En su telarania quedaron atrapados bastantes bichitos como para alimentarse durante un anio.

Apenas se fueron los insectos que se salvaron de quedar atrapados en su red, la Arania Flacucha se puso a comer, a comer , a comer y a comer, que clar! esta arania quedo gorda como simpre habia deseado.

De pronto la arania, con la barriga gordisima, sintio que algo caliente le quemaba por dentro. Y dando gritos cayo al suelo en malas condiciones. La pobre no se fijo que aquellos bichitos que trago apresuradamente, eran luciernagas y estas le habian chamuscado la panza....

fue una tarde llena de sol, cuando aquel bichito se dio cuenta que no tenia nada de que sentirse orgulloso. Volo un poco y se fue a posar sobre una flor. Como estaba triste hablaba en voz alta:

-Por que sere el unico que no tiene de que sentirse orgulloso?

Y se puso a pensar en aquellos que eran mejor que el
-Por ejemplo Don Sapo y Donia Rana tienen una gran voz con la que cantan para llamar a la lluvia. La noche tiene miles de estrellas que presume. El sol es el que mas luz posee.El campo se viste con distintos trajes de colores. En cambio yo...

Y se callaba ese pobre bichito, porque senti a ser el mas insignificante de todos los que ahi vivian. Y asi se la pasaba: piensa y piensa en como ser alguien para que se fijaran en su persona, ya que nadie le prestaba la mas minima atencion.

Entonces, la flor sobre la que estaba posado le dijo:

-Ya oi tu problema, pequenio amigo. Si tu lo deseas , tal vez pueda ayudarte.
El respondio:

-Si me ayudas, Amiga Flor, te lo agradecere toda la vida.

-Asi es amiguito. Te escuche y deseo ayudarte.
-Y a sabes que me pasa?Quiero tener algo que me ayude a ser alguin. Todos tienen de que presumir y yo no. Mira: tu eres una hermosa flor roja y tienes un aroma muy agradable. En cambio yo ...

-Bueno, pero que es lo que deseas?

-No se. Algo que valga la pena. Algo que me haga sentir util y grandioso.
-Te gustaria ser como yo?
-No , no, no quiero ofenderte, pero a mi no me gusta estar en un solo lugar
-Entiendo. Entonces te agradaria tener la voz de cantante como Don Sapo?
-No lo creo. Con mi tamanio cantaria menos que un mosquito. Y eso no me parece extraordinario.
-Tal vez quisieras tener muchos colores por todo tu cuerpo.
-Algo parecido, o mejor.

Como no complacia en nada donia Flor a Bichito se callaron un rato. Este pensando en que convertirse y aquella buscando que sugerir.

De pronto, a la flor se le ilumino su rostro de petalos y dijo:
-Que te parece tener luz como las estrellas de la noche?

-Si SI!! - grito emocionado el bichito- eso es lo que quiero! tener luz para alumbrar, por las noches , a todos los que viven en el bosque para que no pierdan el camino de regreso a casa. eso es, quiero tener mi propia luz!


Sin embargo, su pequenio rostro se pinto de tristeza y le pregunto a la flor: Como podre ser alguien con mucha luz?
-Escucha- le dijo la Flor- anda a ver a don Buho. El es muy sabio y posiblemente solucione tu problema.
-Gracias, Florecita- agradecio Bichito y pertio hacia el monte donde le indicaron que vivia Don Buho Sabihondo. En ese momento la tarde guardaba su ropa anaranjada dentro de la maleta del horizonte , para dar paso a la noche que empezaba a levantarse. Y Bichito, al llegar a la casa de Don Buho Sabihondo, empezo a tocar la puerta.

toc ! toc! toc

Don Buho al oir que tocaban, fue a ver quien era. Y como no vio a nadie se dispuso a cerrar, cuando en eso Bichito volo cerca de los enormes ojos de Don Buho y le dijo:

-Espera, amigo. Soy yo quien ha tocado.

Don Buho sabihondo, al ver a su pequenia visita, la invito a pasar.

-Muy bien pequenin. Adelante y lugo me diras que deseas.

Despues de posarse sobre uno de los viejos libreos de Don Buho, Bichito le explico que Donia Flor le habia mandado a verlo.

- Ah! Donia FLor te envia! que bien, ella y yo somos grandes amigos. Dime que deseas, o en que te puedo servir.

-Donia Flor me dijo que usted sabe mucho y que podria darme una mano.
-Soy todo oidos.
-Me siento muy insignificante. Deseo ser alguien que no tenga por que sentirse menos que otros. Vea, por ejemplo usted es muy sabio, Don Sol tiene mucha luz. donia Flor es muy olorosa y colorida, Donia Lagartija resulta muy habil para correr. Como te daras cuenta cada habitante del monte posee algo de que sentirse contento. Y yo no tengo de que enorgullecerme. Es mas, casi nadie me habla....

-Que deseas? -lo interrumpio Don Buho.
-yo quiero tener mucha luz y por las noches alumbrar el camino de todos. Desde luego, que este deseo que tengo es para tener muchos amigos y ser util a la vez.

-bien amiguito. Te dire que haras. Espero que esto te ayude a que consigas lo que deseas.

Y Don Buho explico a bichito que, dentro de dos dias, segun sus calculos, caeria una lluvia de aerolitos cerca de la colina que estaba la norte. Y luego le dijo muy serio a Bichito:

-TOMA EL POLVO QUE AHI DEJARAN AQUELLAS PIEDRAS DEL CIELO Y BANIATE CON EL DURANTE UNA SEMANA. TAMBIEN TE DARAS LARGOS BANIOS DE SOL PARA FIJAR BIEN EN TU CUERPO ESA LUMINOSIDAD DE LOS AEROLITOS. HAZLO POR UNA SEMANA IGUALMENTE . LUEGO COME UN POCO DE AQUEL POLVO CELESTE Y ASI LOGRARAS TU DESEO. SIN EMBARGO, MI PEQUENIO AMIGO, SOLO DE NOCHE PODRAS SALIR A PRESUMIR ESTE REGALO DEL CIELO QUE QUEDARA EN TU CUERPO.- concluyo Don Buho. (Miguel Angel Suarez Caamal)

EL CUYO, YUCATÁN

















Casiopea ha comenzado su viaje.


El 10 de mayo partimos de Playa del Carmen, después de tantos preparativos de último momento y de emotivas despedidas, salimos hacia Akumal, para decirle adiós a una de nuestras playas favoritas. A falta de estacionamiento seguimos para Yal Ku, una laguna hermosa que se comunica con el mar. Allí vimos un atardecer de todos colores y antes de que oscureciera trepamos a la combi para irnos a casa de nuestro amigo Tim.

Al otro día salíamos para Valladolid, una ciudad colonial muy conservada, con su zócalo todo arbolado y con puestos de artesanías y comida típica, como carne ahumada de Tepozón. Era domingo, entonces la gente saldría de sus casas en la tarde para dar la vuelta al zócalo, ir a misa, etc, antes no había nadie en las calles, definitivamente NADIE. Nos pusimos a hacer pan de guayaba y pan de plátano, deliciosos, en una sombrita cerca de un cenote (cuevas subterráneas de agua duce), porque allí en Valladolid hay muchos Cenotes. Los polis nos advirtieron que no nos pusiéramos a vender en lugares públicos (del gobierno), pero que si hablábamos con el Padresito, podíamos ponernos en la iglesia. A la salida de la misa ahí estábamos bien puestos, esperando que saliera la gente, con nuestra vendimia y nuestro show de marionetas. Vendimos toda la comida y muchas artesanías de las que llevamos. En la noche comenzó el danzón en el zócalo, todos bailaban al ritmo de lo que los músicos proponían. Era como darle play a una ciudad dormida.
A la hora de dormir nos dieron un susto los polis. Acostumbrados a la policía de Playa, sentimos un poco de miedo, pero los señores nada más venían para indicarnos un sitio más seguro donde dormir.


PRIMER ENCUENTRO DE CASIOPEA CON LAS TORTUGAS MARINAS

Desde Valladolid tomamos rumbo a El Cuyo (Yucatán) , un pueblo de pescadores donde nuestra amiga Marlene, la de la cabeza con tirabuzones, trabaja patrullando la playa por las noches para marcar los nidos de las tortugas marinas.
La combi se balanceaba de un lado a otro mientras intentabamos atravesar la carretera que de un lado tenía el mar y del otro una laguna llena de flamencos. En la mitad del recorrido ventoso, el techo elevable de la combi se levantó y como locos lo intentamos cerrar para que no nos diera un viaje volador por encima del mar, aunque hubiEse sido divertido, pero aún no estamos tan desectructurados como para permitirnos una aventura como tal. Casiopea quiso detenerse a observar a los flamencos, esos animales de patas coloradas le llamaban la atención, ¿qué les pasaba a sus piernas? ¿Por qué se detenían a veces en una pierna sola? . Después un flamenco nos contó el por qué, más adelante les revelaremos el secreto.

Llegando al pueblito vimos a la bióloga Marlene que nos venía a dar un abrazo de bienvenida. Con ella venían Jina y Alicia, las tres mosqueteras nos hicieron pasar cuatro días inolvidables. Cada noche, a eso de las diez, salían en el cuatrimoto a recorrer 28 quilómentros por la costa. Donde veían una huella de tortuga, se detenían e iban a checar si la tortuga estaba desovando. Si se veían dos huellas juntas era porque la tortuga ya había puesto sus huevos, y también se veía a veces la huella de que la tortuga se había regresado sin poner sus huevos. En los casos en los que aún se veía a la tortuga, se le tomaban las medidas de su caparazón, se identificaba su especie, se colocaba un chip con un número para poder seguirlas de alguna manera y así poder conocer más de sus rutas y su supervivencia. Si el nido había sido puesto en un sitio inseguro por las mareas, había que moverlo con mucho cuidado, huevo por huevo, a otro pozo. Cuando la tortuga ya no estaba, se identificaba la especie por la huella que dejaban. A nosotros nos tocó ver la especie Carey, deshovando, tapando su nido o partiendo hacia el mar. La ternura que transmiten estos animales y ese tiempo en el que te envuelven, un tiempo despacio, de movimientos suaves, de caminata tranquila, hace pensar en la estupidez de correr para todos lados. Las sabias portadoras del caparazón deshovan en la playa donde nacieron, es decir que las tortuguitas que nacerán de aquellos nidos que vimos, luego de atravesar con la valentía necesaria el infinito trayecto que significa para ellas la distancia entre el nido y el mar, y a pesar de tantos obstáculos que deben resistir y por los que muchas no llegan al mar, las que lo hacen, las pocas que logran barrenar las olas, graban en si mismas aquel camino donde volverán a poner sus nidos veinte años después.

Algún susto nos pegamos con unas huellas de cocodrilos, con unos brillos extraños en los médanos, o con una tortuga muerta, pero el cielo nos estaba viendo, la luna estuvo redonda y alguna luciérnaga también ayudaba con la luz en los pastizales.

Una mañana fuimos con La araña flacucha a la escuela preescolar del pueblo, a la salida hicimos la función de títeres, los niños estaban contentos, los padres también. Nos contaron que en la escuelita se sigue enseñando la lengua maya, tan importante para mantener el legado de sus ancestros.
A la mañana siguiente la visita de la Araña flacucha fue para la escuela primaria, donde acudían 200 niños. Hicimos la obra para todos y a continuación un taller donde cada uno fabricó su titere con botella de pet, tetra pack y tela. La consigna era que lo pintarían en la casa.
Al día siguiente no había clases, entonces los invitamos a una actividad en la plaza principal. Nos encantó saber que muchos de ellos ya habían pintado su títere en casa. Hicimos algunos juegos y la obra del limpiabotas. Viki les contó el cuento que el flamenco nos había dicho, de porqué tienen las patas coloradas. Después supimos que Horacio Quiroga ya había hablado con los flamingos del Cuyo y le habían contado la miSma historia que luego escribió en un cuento que se llama “Las medias de los flamencos”. Hicimos un juego de cuentacuentos con las tarjetas de la lotería mexicana, cada niño tenía una tarjeta y con la imagen debían continuar la historia que se iba creando con los diferentes personajes de la lotería. Al contarlo debían hacer las voces que le hubieran inventado a su tarjeta.

“Había una vez en el Cuyo, una calavera que sólo salía por las noches, los niños nunca la vieron y los adultos lo guardavan en secreto para que los niños no se espantaran. Es que la calavera llevaba unos auriculares y siempre se ponía a bailar cumbia. Una noche, de la nada apareció un pingüino perdido, e invitó a la calavera a bañarse en el mar. La calavera asintió pero mientras se remojaban, un lobo marino los quizo atacar y tuvieron que irse a otro lugar, el pingüino con la prisa estornudó y se creó una ola gigante que inundó todo el Cuyo. Los peces de los refrigeradores se salieron y quedaron libres, afuera había una ardilla viendolo todo, salió flotando en su cama. La gente seguía durmiendo como de costumbre. Cuando el sol salió y la tierra empezó a absorver toda el agua, una cobra apareció para amenazar al pingüino y la calaca. Entonces ambos comenzaron a nadar, la cobra se dio cuenta que no podía continuar porque el agua salada le hacía mal, entonces los dos amigos pudieron escapar, se subieron a una canoa. La luna se metió y se convirtió en agua. Una sirena guió a aquellos nuevos amigos por el resto de su viaje”

Luego brinca mos la cuerda, jugamos lotería, pesca pesca, vimos fotoografías y nos reímos bastante. Vendimos panecitos y títeres. En un pueblito tan pequeño la gente nos compró más cosas que en la ciudad, estaban agradecidos y contentos, nosotros tambien , porque la gente nos recibía con mucho cariño en todos lados.
Nos dimos muchos abrazos y nos despedimos.

Al día siguiente, Casiopea no se quería ir, estaba angustiada y tapó la manguerita de gasolina, la muy mañosa no quería arrancar, le gustaron las tortugas, se encariñó.... cosas que pasan.
El señor José Angel, que había estado participando en las actividades el día anterior, justo pasó en su bicicleta y nos gritó que de inmediato vendría a ayudarnos. Sabía bastante de bochos, así que conocía las entrañas de Casiopea. Detectamos, gracias a sus indicaciones, dónde estaba tapada la manguera, Betty que está flaquita, aunque bien alimentada, cabía debajo de la combi, se metió y cortó lo que tenía que cortar y se remojó en gasolina que hasta el día de hoy apesta, como los muchachos que sacan fuego por la boca. Con la ayuda de todos pudimos hacer que la Casiopea comprenda que va a tener muchas despedidas en el camino y que no puede hacer berrinche en cada pueblo que debemos dejar atrás.

Partimos para Mérida donde César nos esperaba con un borrego, o cordero, para asar, en una cruz en su gran patio con alberca. Aquello me recordó a la película el Cuervo, en el medio del desierto aquella crucificción.

Una belleza esta ciudad, llena de vida y de mucha gente que defiende la cultura. Da la casualidad de que hay un festival de la cultura y muchos eventos gratuitos.
El domingo fuimos al inframundo, un Cenote hundido como 4 pisos bajo la tierra. Una escalera caracol nos fue indicando hasta donde ir, la cúpula de la cueva era maravillosa, en la profundidad se veía oscuro, el agua fresca nos reanimó, los bagresitos nos acompañaban. El que explotaba de felicidad era Coba, el perrito de César, que brincaba al agua haciéndose pasar por guarda vidas.


En la tarde fuimos con Casiopea para el centro, todos a trabajar. Apenas nos situamos en la Plaza Grande con el Limpiabotas, se llenó de gente alrededor. Una fiscala alargada nos vino a quitar, con respeto nos comenzamos a retirar pero la bola de gente que estaba esperando el show se le fue encima reclamadole que porqué nos quitaba si lo que traíamos era arte etc., etc !!! Fue la revolución en unos minutos! Entonces a la mujer no le quedó otra que mandarnos frente a la Iglesia, yo creo que en este viaje nos volveremos católicos actuando frente a tantas casas de dios ! Esa noche vendimos todo, pan de guayaba, de elote, de plátano y de almendras, y sacamos buenas gorras de cooperación del limpiabotas.