miércoles, 14 de septiembre de 2016

sábado, 30 de abril de 2016

Costa Rica Tuanis


OJOS QUE NO VEN, CORAZÓN QUE NO SIENTE



Durante mucho tiempo pensé y sostuve que aquel refrán tan repetido en nuestra sociedad era inaceptable: “ojos que no ven, corazón que no siente”. ¿Qué quiere decir? ¿Acaso las personas invidentes tienen menor sensibilidad ante el mundo? No lo creo, yo he visto que sus sentidos están mucho más agudizados que los nuestros a quienes la vista nos funciona como lince. Entonces he peleado con aquella frase dicha ta a menudo y casi sin reflexionar su significado. Pero este viaje está lleno de sorpresas y unos días en la playa en Costa Rica me permitieron comprender algo más de aquel dicho popular.

Una tardecita de sol potente en las costas del Pacífico, me dispuse a tenderme sobre la arena para absorber un poco de aquellos rayos ultravioletas para ayudar a la absorción del calcio en mis huesos y la reproducción de los carotenos en mi blanca piel. Pocos momentos antes habíamos cerrado una discusión fuerte con mi amiga Liliana, que con el carácter que la caracteriza se había entretenido durante un rato extrayendo, sin la menor delicadeza, a los pequeños cangrejos (del tamaño de mi uña más chica) de sus caracoles que habitaban. Yo argumentaba que era una grosería de su parte y una falta de respeto realizar aquel acto de salvajismo, ya que lograba identificarme muy bien con aquellos cangrejos ermitaños. La concha marina que ellos cargaban en su espalda me recordaba a mi querida Casiopea (la combi VW en la que viajamos), una casa rodante que se detiene donde quiera y cada día puede cambiar de sitio. Pareció que uno de los cangrejos leyó mi pensamiento porque de pronto sacó tema de plática:

  • Aquí los cangrejos “ticos”, mae, somos muy dichosos y privilegiados, cada uno tiene su propia vivienda, agua caliente, drenaje, piso firme y techo digno, nuestro gobierno si sabe- comentó uno de ellos y luego me guiñó un ojo, pronunciando aquella frase célebre de la región- Es bien “tuanis”mae, cada playa nos ofrece diferentes diseños de hogares, desde monoambientes, castillos, mansiones, antiguas casonas rococó...


Estuvimos intercambiando impresiones de lo que significaba para nosotros el vivir cada día en un nuevo lugar, la belleza de dormir cobijados por el firmamento, poder observar el recorrido lunar y solar, tener acceso a las primeras filas en el cine de las constelaciones. La conversación se volvió muy interesante y ya eran varios los cangrejos que participaban de ella. Uno de ellos puso en la mesa un tema de debate: ¿ por qué los humanos les han nombrado ermitaños, si en el diccionario la palabra “ermitaño” denomina a las personas que no salen de sus casas y son de alguna manera antisociales? Ellos no se consideran antisociales, no salen de sus casas porque se la llevan con ellos, pero aman viajar, recorrer y conocer nuevas orillas, los diferentes estilos de arena, diseños de conchas, la diversidad de la fauna y flora, los idiomas de los turistas etc. Yo estaba indignada con aquella imposición de mis colegas de etiquetar a los pobres cangrejos con un adjetivo que no les describía en absoluto, la plática fue cada vez más interesante y hasta se armó una fogata con cuentos y leyendas compartidas, uno de los cangrejos sacó un violín ( que es el único instrumento que pueden tocar de costado) y nos durmió con una bella melodía de cuna.


Cuando desperté sentí que el suelo se movía y no era por el “guaro Cacique” que estuvimos tomando, sino que estaba siendo transportada (amarrada) por millares de los mini cangrejos, eran como arenas movedizas que en vez de hundirse se deslizaban velozmente hacia un lado. Primero me ha dado risa pero cuando me percaté de lo que realmente sucedía quedé como paralizada. Me metieron en una cueva donde nos esperaba un cangrejo me me doblaba en tamaño y a su al rededor yacían cráneos y otros tipos de huesos que mentiría si quisiera explicitar sus nombres, pero estoy segura de que juntándolos podría armar un esqueleto entero. En un principio me entusiasmé pensando en una nueva obra de marionetas de calaveras bailarinas pero pronto regresé a la cruda realidad .No sabía que decir ni que hacer, pensé que quizás generando confianza se podría calmar aquella tensión incómoda del ambiente.



  • Q-q-que pinz-z-zas tan g-grandes t-tienes! - exclamé, fingiendo calma y optimismo.
  • Son para agarrar mejor!- respondió de mal humor
  • Q-q-que cuerpo t-t-tan grande t-t-tienes!- le dije
    - Es porque como lo mejor!- me respondió furioso haciendo rechinar sus pinzas.

En ese momento miré a aquellos que pensaba que eran mis amigos para pedirles una explicación. Mis manos sudaban y mis piernas temblaban, pero no pude reconocer a mis amigos cangrejos porque todos llevaban paliacates cubriendo sus rostros. De pronto, sin dolor alguno, comencé a ver que los cangrejos se alejaban de mi con partes de mi cuerpo, uno se llevaba mi nariz, otro la oreja, la otra oreja, mi boca se la llevaba otro cangrejo, mi ojo se lo llevaron y luego el otro ojo y a partir de allí ya no supe lo que pasó.
    Sólo se que me ha ayudado a comprender aquel viejo refrán dicho ta a menudo y casi sin reflexionar su significado.
     

 

AL QUE MADRUGA DIOS LO AYUDA

    Hay otro refrán que en Costa Rica pude comprender: “Al que madruga, Dios lo ayuda”.
    Costa Rica es un país muy rico en biodiversidad: al ser un pequeño trozo de tierra entre dos mares a los seres vivos terrestres y aéreos no les queda más opción que apretarse como los chinos. Los árboles son como edificios repletos de inquilinos voladores que pasan inadvertidos, camuflados entre hojas y flores. Por supuesto que no sólo viven allí las aves, también vive la comida de las aves, porque a ellas les gustan los platos frescos. La comida de los pájaros es muy variada y colorida en este país, los pequeños artrópodos son los que hacen que esta patria sea tan bella forestalmente. La puntualidad, la exactitud y exigencia de estos seres de esqueleto quitinoso es tanta que en la noche podemos escuchar, (principalmente a las chicharras) como le dan cuerda a sus relojes despertadores para despertar temprano a trabajar. En aquel mundo de insectos cada uno cumple una función muy importante e imprescindible para mantener el verdor de la selva y por consiguiente la humedad de los ríos y cauces de agua. Así fue la vida en esta tierra preciosa desde antes de la conquista. Existía un equilibrio maravilloso en el vinculo de todas las especies y una regulación muy estricta en torno a la cadena alimenticia. Todas estas leyes y normas eran establecidas y reguladas por unos seres de nos más de un metro de altura, de cuerpo grueso y rasgos un poco toscos, ellos eran llamados los “Tuanis”. De allí viene la etimología de aquella frase tan utilizada por los Ticos (los costarricenses) “que Tuanis mae!” y que quiere decir que está todo muy bien, y es que cuando los Tuanis existían, realmente todo estaba muy bien. El problema o la catástrofe sucedió cuando unos anfibios un poco apartados de la comunidad Tuanis decidieron adueñarse de la selva, encantando a las demás especies mediante la imposición de una moda basada en la vestimenta : los “blue jeans”. Cuando los seres humanos descubrieron a la llamada “rana nacional” vistiendo a la moda de los pantalones azules, olvidaron de inmediato e ignoraron a los fabulosos Tuanis y empezaron a crear senderos, parques de atracción, zip lines, teleféricos, tours a caballo, canopy, etc. etc. En un principio los admiradores de las ranas “blue jeans” seguían su filosofía al pie de la letra, había que lucir los colores y formas frente a los humanos y nunca carecerían de alimentos. Fue una época muy sesentosa para todas las especies, salían de los huecos los seres más combinados de colores y diseños. Se promovió mucho el amor libre, entonces cuanto más se mezclaran las especies mejores combinaciones genéticas iban a aparecer. Así fue como el país se convirtió en un atractivo turístico maravilloso, donde a los extranjeros se les prometía ver en cuestión de días, monos cara blanca, monos aulladores, monos arañas, tucanes , quetzales, caballos, vacas, gallos, águilas, colibríes, perros, gatos, cascadas, termas, playas, peces, arrecifes, cocos, platanales, guayabas, lunas, atardeceres, chubascos, carne asada, casado, licuados de frutas, guaro y las más aclamadas y famosas ranitas “blue jeans”. Los gringos se iban deslumbrados con la panza llena y el corazón contento, contagiando el germen de su idioma en la gente local que poco a poco (a causa de la gran cantidad de extranjeros) iba olvidándose de que el país era de ellos y no de los turistas. Las chicharras y los insectos tan puntuales comenzaron a salir por la noche a beber guaro y siempre se olvidaban de dar cuerda a sus relojes, entonces todos los polinizadores faltaban a sus tareas por sufrir al día siguiente la “goma”, ”cruda”o “resaca”. La selva iba decayendo en su esplendor.
    Pero los Tuanis eran muy sabios, traían con ellos un conocimiento ancestral recibido por ósmosis de los nativos de las diferentes provincias, los chorotegas, los bribris etc, fue así como en vez de adaptarse a la vida retro de las ranas fashion, estuvieron imaginando un plan para regresar todo a la normalidad. Los Tuanis se quedaron quietos hasta convertirse en madera y poco a poco comenzaron a poblar todos los alrededores, principalmente las tiendas de souvenirs y las tiendas que bordean las carreteras. Por todos lados comenzaban a estar aquellas estatuas grandes de madera y los turistas las compraban y las llevaban a sus países. El plan había sido organizado con mucho ingenio y paciencia para salvar a la selva y sus ríos de una posible muerte lenta y caótica. Los Tuanis hablaban entre sí a través de las vibraciones de la madera y también con los árboles se organizaban y se pasaban los mensajes exactos para llevar el plan de manera precisa y sin equivocaciones.
    Cuando hubo los suficientes Tuanis repartidos por todo el mundo, comenzaron a ejercer el maléfico plan de regresar el mundo a sus antiguas formas. Organizaron temblores, explosiones volcánicas, huelgas de oxígeno donde los árboles dejaban de hacer la fotosíntesis durante varias semanas para que los humanos fueran muriendo lentamente. La gente fue notando el cambio y los científicos estudiando las razones que pudieran haber llevado a aquella intolerancia de la naturaleza. Sacaron campañas nacionales e internacionales de protección a la naturaleza e instrucciones de como hacer uso sano de sus recursos y un slogan muy útil que decía “al que madruga dios lo ayuda” pretendiendo que los insectos volvieran a colocar sus alarmas y despertar con ganas de polinizar y llenar de flores y vegetación la selva. Ninguna de las dos guerras tuvo éxito, los dos bandos: Tuanis versus Ecoturismo siguen en conflicto en este pequeño pedazo de tierra y los Tuanis siguen observándonos en las orillas de las carreteras queriéndose meter en nuestros carros para extinguirnos poco a poco.

cuento de Chiapas y otro de Nicaragua


EL PÁJARO CUENTERO

Playa Gigante, Nicaragua, febrero 2016





Había una vez un pájaro carpintero que en lugar de muebles fabricaba cuentos. Todo el tiempo iba y venía por el cielo, recorría muchos lugares y les contaba a los árboles las historias que vivía en los sitios que visitaba.

Sus amigos pájaros ya estaban cansados de escuchar sus cuentos, decían que era un mentiroso, que todo lo inventaba y que en vez de vivir sus aventuras, lo que hacía era esperar en un refugio cercano, inventando sus cuentos.

Pero había un árbol que era pequeño y adoraba al pájaro cuentero. Los árboles viejos le parecían muy aburridos y a él le gustaba mucho imaginar las aventuras del pajarillo. Aquel cantaba sobre sus ramas todas las historias hasta que se ponía el sol.



“A unos quilómetros de aquí hay un mar inmenso, los hombres le llamaron océano Pacífico, allí volando sobre las olas conocí un montón de peces y gaviotas, hasta unos pelícanos conocí. Pero lo más raro que me encontré fue una sirena perdida. Es como una mujer con cola de pescado, y fíjate que bien bonita era mi sirena! Me la encontré en una isleta y me puse a hablar con ella, hablaba en idioma delfín, quien sabe por qué, pero como yo ya lo había aprendido pudimos comunicarnos. Me contó que su mar era precioso, pero que andaba perdida por que su intención era conocer el otro lado, el océano Atántico, ya que varias ballenas le habían contado cosas preciosas del otro mar.”

El arbolito soñó aquella noche que le hubiese encantado más ser sirena que árbol. No le gustaba estar clavado en un lugar, se preguntaba cómo sería la sensación de nadar, el sumergirse en el agua, el flotar, todo aquello que le contaba el pájaro cuentero él lo quería vivir en madera propia.

Una noche tormentosa con vientos muy fuertes sucedió el trágico suceso, cuando el pájaro cuentero llegó a visitar a su amigo el pequeño árbol, lo encontró desencajado, tumbado, muerto, secándose. Su juventud no resistió la rudeza del aire enfadado.

El pájaro cuentero lloró sobre el fino tronco de su amigo, pensaba en lo efímera que puede ser la vida, en lo fugaz que puede ser un amor. Pensaba en la inmortalidad de los árboles hasta que se le ocurrió una idea.

Durante una semana se lo vio trabajar, picaba y pulía el tronco casi sin detenerse a comer. Hasta los pájaros que lo tildaban de mentiroso se acercaron a ofrecerle alimentos y agua. Aquello tomaba forma y todo el bosque observaba con curiosidad el trabajo del pájaro cuentero. Cuando acabó se oyó una fiesta de trinos de pájaros que celebraban aquella obra maestra. Entre todos le amarraron varias lianas y volando comenzaron a elevarla; el pájaro cuentero los guiaba. Cuando llegaron al océano dio la orden de lanzarla al mar.

A más de un pájaro se lo vio llorar aquella tarde en que aquel joven árbol convertido en sirena se hundió para descubrir el mar.




EQUIVOCADAS

Chiapas, México, Diciembre 2015





Hace mucho, mucho tiempo, en las tierras de Avariciu Burocrano, se desencadenó un gran misterio: poco a poco, las mujeres del reino comenzaban a desaparecer, una por una, sin poderse comprobar el por qué.

La primera fue Mireya, una joven que aún no cumplía los diez y ocho años. En la misa que se realizó aquel domingo, el Padre apuntó que no se preocuparan por la muchacha, seguramente estaba en otro pueblo, ya que se adivinaba un ella un embarazo pecaminoso pre- marital, razón por la cuál ella misma se condenó huyendo de su tierra natal. Dio, a continuación, varios concejos relacionados a la importancia del matrimonio.

La segunda mujer fue Rosa, la mujer de Leonardo. Una noche no amaneció en su casa, jamás la volvieron a ver. El Rey visitó personalmente al esposo desolado, le aconsejó que no se echara al abandono ni se deprimiera, su mujer había huido con otro hombre y el adulterio era condenado por la iglesia.

La tercera fue Maura, una señora mayor, soltera, sin familia más que sus cuatro gatos y un arsenal de libros. Se dijo de Maura que se volvió loca e igual que el Quijote, decidió partir a vivir las aventuras en carne propia.

Luego desaparecieron más y más mujeres, hasta perder la cuenta.

Se volvió famoso aquel Reino como el sitio de las mujeres libertinas, era muy mal visto por los reinos cercanos. La mujer ideal no debía de interesarse más que en los quehaceres del hogar, el cuidado de los niños, bordar y mantenerse bella y radiante para su marido. Pero en el Reino de Avariciu las mujeres nacían equivocadas, traían un gen rebelde que las hacía huir para realizar herejías en otros lugares donde no las conocieran.

Maite era una adolescente cuando corrió la primera noticia sangrienta del pueblo: fue encontrada una mujer muerta en el río, sin ropas y ya sin ningún órgano dentro. El suicidio de aquella mujer a nadie se le hizo extraño, siempre había sufrido mucho porque era diferente a todas las demás mujeres: estaba loca. Pero Maite solía visitarla, jugaban juntas con figuras de migajón de pan. Maite jamás pudo imaginar que Lucía se haya quitado la vida voluntariamente.

Fue así como Maite comenzó a espiar el pueblo durante las noches, porque daba la casualidad de que todas las mujeres habían aprovechado la oscuridad para escapar de allí. Subida encima del techo de su casa, esperaba alerta cualquier extraño suceso. Veía que a las dos de la mañana se encendía una luz del castillo y bajaba una sombra que al salir por la puerta resultaba ser un lobo muy grande que caminaba sobre sus patas traseras. Maite lo perseguía con la vista, lo veía entrar a varias casas y luego continuar su recorrido. Una noche lo vio entrar en su casa y pudo ver lo que el lobo hacía con su mamá. Maite no pudo contener un grito de espanto y el lobo huyó corriendo, dejando a su madre tirada en el suelo y llorando. Su mamá le gritó aquella noche, que no se metiera con el lobo, que aquel era el precio que debían pagar las mujeres por vivir allí.

Maite salió tras el lobo, su mamá la hirió con aquellas palabras, ella sólo había querido protegerla. El lobo notó que alguien lo perseguía y continuó su paso nervioso tropezando varias veces, hasta entrar nuevamente al castillo.



Al día siguiente el Rey sacó un aviso para el pueblo, donde anunciaba que un lobo se había metido en el castillo y que le ponía precio a su cabeza.

Esa noche con machetes y antorchas se levantó el Reino de Avariciu Burocrano, a cazar al maldito animal. Las mujeres que ya lo conocían bien llevaban mucha furia, a pesar de la oscuridad se les veía en sus rostros la ira. Marchaba todo el pueblo armado, alumbrando la zona, menos los niños, que quedaron en sus casas protegidos. Maite observaba los fuegos desde el techo de su casa.



El Rey tomaba el vino más fino en el castillo cuando llegaron a su puerta con el acusado, el lobo no era más que un buen disfraz y debajo de aquel atuendo se encontraba el viejo Rodolfo, un pastor de ovejas, muy querido por el pueblo. Nadie podía creer que aquel hombre hubiera sido el culpable de tantas desapariciones. Pero había que justiciar todas aquellos homicidios, el Rey Avariciu no podía dejar sin resolver aquel problema.

A Rodolfo se le quemó vivo la siguiente mañana, ante la mirada de todo el reino.

Pero el lobo no murió, siguió visitando a las mujeres cada noche.






















COSTA RICA

https://guerrillaudiovisual.wordpress.com/2016/04/14/recuperacion-de-tierras-en-iriria-bribri-ka-cabagra-costa-rica/

Se supone que la historia se estudia para ser consientes de nuestro pasado y no caer sobre los viejos errores, pero yo pienso que la historia se usa para distraernos de un presente que repite una y otra vez las mismas injusticias. Con la vista borrosa de llanto, revisando páginas antiguas que cuentan atrocidades inimaginables, ciegos ante la realidad contemporánea que pega gritos de terror y repite, repite, repite, empeorando la historia fea, volviéndose más cruel dentro de la ignorancia en que se gesta, ignoramos su existir, historia actual, presente inmediato y sufrido, oculto bajo las páginas amarillas de un libro viejo con que el banco mundial premió a las escuelas.


INDIGNA



En el norte de Costa Rica hacen falta subtítulos en español,

mientras al sur le sobra injusticia,

sobra indignación y miedo,

entre el American Way del tico rico finquero

y su desprecio por los habitantes legítimos de esta tierra.



el sur malherido y golpeado

como cualquier sur , puesto abajo

a ellos nadie les pregunta nada

todo se impone, desplaza y quita

a todo se le cambia el nombre y se decora

con guirnaldas y chirimbolos su intención



pero la historia no los desanima a los de abajo

ellos resisten firmes, como la caña

que se dobla con los vientos pero no se quiebra

y su interior guarda la dulzura para la cosecha



aprietan las raíces a la tierra

expandiéndolas por todo aquel territorio

que el patrón les expropió

con toda la violencia que encontró

para seguir tan frío y sordo y hueco

vacío de cualquier sentimiento agradable



con toda la violencia que encontró

para no oír ni ver más de lo que a él le parece

para no producir en si mismo ningún arrepentimiento

por todo el rojo esparcido por sus mañas de hombre amargo y terco


con toda la violencia que encontró

para no cagarse ni mearse de miedo,

como el cobarde ejemplo de genocida que es,

ante los ojos indios encendidos de sed de justicia





Hoy a la palabra indígEnas le sobra la e

para gritar lo que sucede

miércoles, 3 de febrero de 2016

Centroamérica


Todo en Guatemala es tan bello, que la gente no ve: mira.



(En Guatemala se usa mucho decir mirar en lugar de ver, por ejemplo, cuando uno tiende a decir “está lindo” o “se ve lejos”, ellos dicen “se mira lindo”, “se mira lejos”)





En Honduras las calidad de las carreteras han provocado un fenómeno extraño, distancias allí ya no se miden en km, sino que se miden en baches. Es decir, si usted pregunta a qué distancia se encuentra el Amatillo, por ejemplo, le contestarán: a quinientos baches.



Adolfo no podía ver bien sus sueños si al dormirse se quitaba las gafas.



Para quienes migran al norte, existen unas mujeres maravillosas que les ayudan en su camino, les llaman las Patronas. Ellas comparten lo poco que tienen con aquellas mujeres, niños, hombres y ancianos que buscan realizar una nueva vida en los Estados Unidos. Nosotras migramos cómodamente hacia el Sur, por elección propia y por placer, y aún así tenemos a nuestras Patronas, que nos reciben en su casa y nos atienden con tanto amor que ese sólo día que estamos con ellas, vale como si fueran años, y nos vamos con una gran alegría que se mezcla con la tristeza de separarse de personas tan bellas. Y no podemos evitar sentirnos en deuda, como queriendo retribuirles en todo lo que nos brindan sin esperar nada a cambio, pero no sabemos cómo podríamos hacerlo. En Santa Rita, antes de entrar a Honduras por El Salvador, nuestra patrona se llamó Yolanda y en Somotillo, Nicaragua, nuestra patrona se llamó Rosa. A Rosa y su familia, Claudia, Marfa, Griselda y Anthony, les dimos un paseo en Casiopea, ellas iban hacia la playa y nosotras un poco más lejos. Esperamos que un día de sus vacaciones puedan llegar a México, pero sabemos que, tristemente, se les hace muy difícil tramitar el pasaporte y la visa correspondiente para que puedan avanzar al norte. El dinero juega trucos sucios, de manera hipócrita les niega libertades esenciales. “Mi mamá me enseñó que hay que compartir la pobreza” dice Zezé en “Mi Planta de Naranja Lima” y yo pienso que es algo que debemos aprender y que aquí se tiene muy claro. A veces queremos retener el dinero de manera egoísta en muchas situaciones en que el otro necesita nuestro apoyo. Quizás no sea nuestro caso, que viajamos cómodamente y trabajando en nuestra Combi- Casa, pero a través de toda esta gente hermosa, que siempre está ahí para que nos sintamos como en familia, quiero creer que aprenderé a comportarme con el mismo cariño y el dar sin esperar a cambio que a final de cuentas nos regala el mejor tesoro: una amistad duradera.

En El Salvador, Playa las Tunas, nos recibió, como una huella digital en el horizonte, un sol de color rosa. Eran tantos niños que no pudimos evitar empezar a cantar y como sólo sabían reggaeton y yo sólo sabía una canción de Maria Elena Walsh (El Jardinero), empezamos a cantar hasta que la aprendimos de memoria. Les ha gustado la letra y dos adolescentes la han grabado con el celular. Luego se han ido a dormir, casi todos duermen en el mismo cuarto, sin pared (hace calor) aquel cuarto en la noche es un colgadero de hamacas y de gente. Están a una cuadra del mar, pero entre tantas bocas la comida se desaparece pronto.


NICARAGUA


3 de febrero 2016



Nicaragua



1972

Managua mutilada

el terremoto destroza la ciudad

muñones de edificios

enterrados vivos

escombros de hombres

de mujeres y niños sepultados



Nicaragua mutilada

guerra civil

muñones de mujeres hombres y niños

esparcidos por un país hoy libre

¿qué tan libre?

Faltan piezas en el rompecabezas físico de las personas que caminan por aquí



faltan partes en el rompecabezas político y económico de este país

les han amputado tantas piezas

les han extirpado tantos órganos



les mutilaron piernas, dedos, hijos

les mutilaron la lengua

literalmente y en sentido figurado

los quemaron con ácido

a algunos los revolcaron en el túnel eterno de la tortura

y hoy caminan locos, chillando, pidiendo, rogando



a Lucía le mutilaron el corazón tres veces

cuando perdió a Leonardo bajo los adobes de la vieja casa

cuando su hijo Manuel huyó para no hacer la guerra

y cuando la crecida se llevó en su cauce todos sus recuerdos

 
Lago Solotlán 29 enero 2016


Trazo que sube y que rema
trazo de arena, de agua y montaña
volcanes que sangran para mi trazo dolido
piel que se curte
se corta
se marca
por las huellas de este trazo destrozado
sin sentido
sentidisimo

Pongo mi casa donde quiera
dejo que el aire la bese
que el río la arrulle
que el sol la pinte
la veo crecer frente a mis ojos
es inmensa Casiopea
como la constelación
es todo lo que necesito
y el amor que fluye entre la gente
puede más en mi esperanza
que las guerras que nos quieren apagar
y dejar mudos
hacer ciegos
fingir sordos

no saben que la discapacidad es una palabra inventada
para limitarnos
para convencernos de que los ciegos, sordos y mudos
no pueden conocer más que nosotros el mundo
más sin embargo lo hacen
porque valoran sus sentidos y los exprimen al máximo

Países

Cambia: la moneda, el acento, el modo de hablar, tope, túmulo, lomada, cambia el modo de expresarse, mamita, chelita, güera, mi amor, cambia el peinado, la vestimenta, el tipo de gasolina, el costo de la gasolina y el nombre de las gasolineras, los pozos en la carretera, los pájaros de las ramas, las medidas, litro, galón, libra, quilo, cambia la variedad de verduras en el mercado, cambia el paisaje, los sembradíos, el color del cielo cuando amanece, el brillo de la luna cuando sale, cambia la marca de la cerveza y de los licores, moza, victoria, toña, quetzalteca, cambian los instrumentos, la música, el modo de nombrar los zapatos y la comida, cambia la forma de la comida y algunos ingredientes, cambian las bebidas, cambia el precio para entrar al baño y la cantidad de papel higiénico que dan.

Pero el señor que afila los cuchillos en su bicicleta, sigue tocando la misma melodía en su flauta de plástico.

domingo, 31 de enero de 2016

lunes, 11 de enero de 2016

jugando

https://youtu.be/WqM2wiUQC_c

cuento veracruz


FANTASMAS





El día que Casiopea cayó inconsciente, las luciérnagas la ayudaron a despertar. Era una noche de fina lluvia y cielo negro, plomizo, sin estrellas ni luna . En la carretera no se veía más que la luz proyectada por los focos de la combi. No se oía nada más que los cantos alegres de los pasajeros, seis amigos que regresaban de Jalcomulco, de recorrer sus bosques y cascadas. Como de costumbre, en linea recta Casiopea rodaba más rápido y en las subidas con mucho sacrificio. La carretera variaba entre rectas y curvas que hacía que el vehículo-tortuga fuera muy concentrado en el trayecto.

De pronto Casiopea cerró los ojos, todo quedó en negro, pero los volvió a abrir, aminoró la velocidad para no cometer ninguna imprudencia. Quizás fue la lluvia que la arrulló mientras la refrescaba. No podía volver a quedarse dormida de esa manera. El agua mojaba su parabrisas y los abanicos de goma hacían su trabajo para escurrirla y dejar bien limpia la visión de la tortuga. La conductora iba preocupada, la falla de luces era la segunda señal que daba el vehículo, la primera había sido que al encender el swich sonaba el claxon y la tercera señal fue que se detuvieron por completo los limpia parabrisas, complicando la visibilidad del camino. Era una curva cerrada y peligrosa, los tripulantes procuraron empujar la combi hasta dejarla en un costado de la carretera, y procedieron a tomar las linternas para anunciar que allí estaban detenidos.

La solución más eficaz y económica, considerando la ausencia de mecánicos a esa hora y el precio posible de una grúa, era quedarse a dormir en la carretera. El primer carro que pasó dio informes que descartaron aquella idea de descanso paciente: en ese mismo sitio ya se habían descubierto varios accidentes extraños relacionados con el tráfico de sustancias ilegales. De inmediato un tripulante de la combi se subió al taxí y fue de camino a un mecánico conocido en la zona inhabitada, con cierta fe ciega de que estuviera dispuesto a sanar a Casiopea. A los pocos minutos regresó con aquel señor misterioso y de pocas palabras, que escogiendo con seguridad sus herramientas reparó de inmediato el problema inusitado. Entre los nervios y la celebración de aquella bendita solución , los amigos se distrajeron y cuando voltearon para ver al mecánico, éste ya iba caminando veinte pasos delante, rodeado de un halo de luciérnagas y allí en la curva se desdibujó por completo.

cuentos guate




SINÓNIMOS



Para Roman,

Panajachel, enero 2016





Román tenía diez años cuando se murió la primera vez. Su amigo Jorge lo obligó; tenía que presionar sus dedos durante un tiempo en dos puntos específicos sobre la yugular y esperar. El niño se quedó tumbado hasta que las patadas de su amigo lo introdujeron nuevamente a la realidad. A partir de aquel día supo que podía morirse cuando quisiera. Salía de su cuerpo y se veía desde afuera, recorría todo lo que quería y regresaba tranquilo. El truco era dormirse y pensar que llevaba los brazos extendidos hacia adelante, los puños cerrados, en posición de volar como ahora vuelan los súper héroes. Al crecer no tardó en decidirse por ser un aviador. Sobrevolaba la tierra,le gustaba verla deslizarse lenta a sus pies, le gustaban los humanos alejados y pequeños como hormigas, le gustaba, también, estar más cerca de los pájaros. Morirse y volar eran para él dos sinónimos que lo tildaban de loco. Pero ¿ cómo podían no ser sinónimos?. Román exigía que la posición dentro de un ataúd no debía ser con los brazos cruzados sobre el pecho, sino extendidos hacia adelante, los puños cerrados, en posición de volar como ahora vuelan los súper héroes.







































ARRIBA EL NORTE



Si el mundo está, como ahora está, patas arriba,

¿no habría que darlo vuelta, para que pueda pararse sobre sus pies? “

Eduardo Galeano





¿Qué tan difícil puedes ser comprender que los puntos cardinales se encuentran de manera horizontal?

Aunque usted no lo crea, puede llegar a ser muy complicado, tan complicado que por esta razón me encuentro escribiendo esto ahora, para calmar mis ansias de devorar vivos a aquellos porfiados que no lo comprenden.

Me considero una persona calma y tolerante, aunque mis amigos cercanos no lo puedan comprobar. Sin embargo hoy me hallé nuevamente hablando con este hombre que no quiere entender lo obvio. Para mi mayor sorpresa, se le sumaron otros cómplices, que de igual manera contradecían todas mis teorías de desorientación del norte.

  • Si el sol sale por el este y se pone por el oeste, eso quiere decir que en la línea perpendicular que une estos dos puntos, se encuentran el norte de un lado y el sur del lado opuesto- afirmaba yo con seguridad mientras indicaba correctamente con mi índice, el lugar donde amanecía. - Esto explica el por qué el norte no está arriba ni el sur abajo.

De esta manera trataba yo de demostrarles la tontería de aquella manía anglosajona y centralista de poner a los planisferios colgados sobre una pared y con el norte hacia arriba.

  • Si el norte estuviera arriba, las estrellas estarían en el norte- argumentaba yo perdiendo la compostura -pero, para leer cualquier planisferio correctamente, se debe colocar sobre una mesa, de manera horizontal!!



La gente se comenzaba a reunir a nuestro alrededor participando abiertamente de esta discusión con la cual yo llevaba las de perder. Quien sabe si el alcohol o la ignorancia hacían que nadie me pudiera comprender. Para ellos el norte estaba arriba mientras que para mi se encontraba horizontal. En aquel entonces yo viajaba por el mundo, dirigiéndome al sur desde México y se me hacía fácil y curioso provocar a la gente diciéndole que “iba para arriba”. A partir de aquella noche me prometí que sería la última vez que me permitiría bromear con los puntos cardinales. Juan se llamaba el necio que convenció a todos de que la loca era yo, de que el norte se halla arriba. Cuando ya hubo como unas diez personas dentro de la discusión (ninguna de ellas a mi favor) y yo ya estaba roja de rabia, invocando a Joaquín Torres García y gritando desquiciada, sucedió lo que jamás hubiese imaginado, entendí todo: la necia, siempre había sido yo.

Guatemala




    Casiopea sabía que todo aquel cablerío a un lado de la carretera había sido puesto para enredar la inocencia de los niños campesinos, que volaba aferrada sobre los barriletes.

Se preguntaba si en todas partes del mundo habrían tennis colgando del tendero eléctrico.

  • No creo que la geografía se haya inventado para reprimirnos dentro de una sola patria.

En las carreteras de Guatemala las praderas están vestidas, porque la gente deja secar su ropa al sol sobre la grama.

  • Las mujeres y los campos están hechos con pedazos de acoíris.

Cada detalle en su vestimenta ha sido consciente, desde la combinación de los colores en el listón de sus trenzas hasta la cinta bordada con que rodean su rostro, la faja con la que amarran la falda y el huipil, todo ellas lo han convinado naturalmente, sin que la estética internacional ni los diseñadores de París intervinieran en sus intereses de embellecer el paisaje con sus sola presencia.



En Guatemala las mañanas son sonoras, los pájaros cantan y entre los callejones de Panajachel, las mujeres echan tortilla, se escuchan retumbar sus aplausos, taca taca taca taca taca taca.

Aquí cada momento del día lleva su sonido y su aroma. La noche la usurpa una flor que con su fragancia envuelve todo el lugar en una nebulosa de aromas.




viernes, 1 de enero de 2016

la historia de nuestra combi


C A S I O P E A

AVENTURA SOBRE RUEDAS”



Casiopea nunca fue una tortuga normal. Vivía con su familia en un estanque muy pequeño y siempre andaba cambiando las cosas de lugar y vistiendo a sus hermanos con diferentes atuendos para hacer de cuenta que viajaba por distintos lugares. Su mamá le había contado la historia de Manuelita, de María Elena Walsh, una tortuguita que se fue hasta Peguajó a buscar a su tortugo. También le contó la historia de “El hombre y la tortuga gigante”, de Horacio Quiroga, donde una tortuga salva a un ser humano. Además su mamá le había puesto su nombre en honor a la tortuga de "Momo", un cuento de Michael Ende, donde Casiopea ayuda a Momo a salvar a los hombres buenos y humildes de los hombres grises, que querían robarse el tiempo de esta gente. Por todo lo que le habían contado, ella tenía ganas de vivir hazañas de esta índole. Pero el estanque ya le quedaba chico y se le habían agotado las ideas para viajar en círculos, entonces decidió partir y dar la vuelta al mundo.

Su papá le mandó bordar una mochila que decía "recorriendo el mundo", su mamá le preparó unos cuantos sándwiches y un día que todo estaba listo se armó de valor y partió.

Un hada mandarina que por allí pasaba, al verla tan pequeña e indefensa, recordó aquel conjuro que usó con cenicienta en el cual transformó una calabaza en carruaje, entonces apuntó con su varita mágica a la tortuga y Casiopea se convirtió de inmediato en una camioneta Volkswagen. El hada mandarina apuntó con su vara a los dos pajaritos que observaban en unos cables y los convirtió en dos choferas humanas. El hada mandarina se fue satisfecha silbando alegremente y se evaporó en el aire. Casiopea no tuvo tiempo de darle las gracias y comenzó a viajar. Iba a ser difícil como tortuga (en un mundo dominado por humanos, carros , fábricas y carreteras) el dar la vuelta al mundo, pero convertida en combi todo seria mucho mas fácil. El hada mandarina no tenía mucha experiencia de magia con tortugas y se le olvidó quitarle la velocidad lenta en el conjuro, así que Casiopea siguió al mismo ritmo que la caracterizaba como tortuga. Ella recordaba todos los cuentos que su mamá le leía, había uno para cada ocasión, el que más le gustaba era la fábula de la liebre y la tortuga donde una tortuga le gana una carrera a la liebre. Así es como Casiopea aprendió que dar la vuelta al mundo no era una cuestión de velocidad sino de felicidad.



Los pájaros y las lagartijas jugaban a atravesarse en su camino.

En ocasiones se detenía a ver todo tipo de aves y mariposas de colores.



Se entristecía por los insectos que morían en su parabrisas.

Habían veces en que le gustaba tanto un lugar que ya no se quería ir.

Podía pasar muchos días sin bañarse hasta que la obligaban.

Habían lugares muy fríos donde se enfermaba y tenía que ir al doctor

Había otros donde hacía tanto calor que no se quería mover..

Viajando por el mundo vio todo tipo de animales: tortugas marinas, monos, toros, águilas, loros y policías.

Le atemorizaban los militares que apuntaban con sus ametralladoras.

A veces las vacas y los borregos que soñaban viajar como ella, le preguntaban como había hecho para convertirse en Combi



En las bajadas se dejaba llevar por el viento.

Habían caminos en que el viento era tan fuerte que ella se quería convertir en cometa.



De pronto le aterrorizaban las alturas.

A veces las subidas eran tan empinadas que había que ayudarla.

Otras veces disfrutaba sentir que iba entre nubes.

Algunas noches paraba a dormir en medio de la carretera para ver las estrellas en el firmamento.

Casiopea no comprendía cómo era que no condenaban a los vándalos cristianos que se dedicaban a rayar salmos bíblicos sobre las piedras de las montañas.

Cansada podía dormir varios días sin parar.

Los adultos amargados le gruñían al pasar a su lado.

Las viejas montañas para entretenerse le lanzaban piedras.

A veces encontraba compañía como ella o trepaba en su caparazón a amigos que HACÍAN música.

Iban cantando y silbando canciones o inventando versos.





Pasaba el tiempo y sus papás le preguntaban en las cartas: ¿a dónde vas Casiopea? ¿Cuándo vuelves? Nerviosa, mientras pensaba como responder aquella interrogación tan complicada y recurrente, tomó un globo terráqueo para especular dónde estaría pero torpemente se le cayó de sus manos y le fue rodando por el suelo. Al verlo rodar y rodar se le ocurrió una idea. ¿Que tal si en lugar de dar la vuelta al mundo, daba vuelta el mundo?. Entonces marcó su rumbo: -el sur- e inmediatamente dio vuelta el mundo, colocó el norte hacia abajo y el sur hacia arriba. Y sin desanimarse respondió la carta a sus papás y continuó su viaje subiendo sin prisa hacia el Sur.