jueves, 16 de julio de 2015

aventuras de casiopea

Las aventuras de Casiopea en: Tormenta con Ovni
Casiopea venía observando durante largo rato, desde su estacionamiento a una prudente distancia del mar y la luna, cómo el cielo hacía cortocircuitos en la noche sin estrellas. Al espectáculo lo precedía un estruendoso sonido que retumbaba sobre la tierra. Se veía en el horizonte una cortina de agua que avanzaba progresivamente. Casiopea sintió de un momento a otro que el cielo entero se desplomó llorando sobre su caparazón y fue allí cuando guardó su cabeza y esperó que aquel bello caos cesara. La tortuga en sus pensamientos intracaparazón, se compadeció de los cangrejos.
Pronto la tormenta aminoró su goteo por completo y Casiopea se atrevió a mirar. A la distancia una luz triple y misteriosa se movía con rumbo impreciso, llegó desde el mar y desapareció entre los árboles.
-Quizás es un ser de otro planeta– se dijo la tortuga temblando y guardó extremo silencio.
No temía por su vida, siempre pensó que los extraterrestres serían verdes como ella y eso le gustaba, pero algo la llenaba de incertidumbre. Si una nave llegaba y la chupaba para llevarla a otra galaxia todo se volvería muy impredecible, casi como en un sueño.
-¿Y si en los sueños vivo otras dimensiones?- pensó la tortuga y como intentando olvidar aquel suceso inexplicablemente alienado, fue cerrando sus ojos hasta quedarse dormida.

otro cuento de veracruz

Otro cuento que nace en Villa RIca
¿Qué piensan los cangrejos en las tormentas?
Hay una comunidad de cangrejos hippies a la orilla del mar en Villa Rica. En su adolescencia rebelde decidieron abandonar sus hogares e irse a vivir en un pequeño hoyo austero frente al mar.
Los pequeños, que no miden más de tres centímetros de ancho y hasta llegan a medir un solo centímetro, viven felices allí, reunidos con los de su tamaño y algún otro viejo cangrejo nudista.
El día de la tormenta eléctrica los cangrejos hippies se metieron en sus huecos y se pasaron toda la noche bailando, pensando que eran luces psicodélicas de discoteca aquellos rayos de luz que quebraban la cáscara del planeta.
Al día siguiente, cuando los camgrejos abrieron sus ojos, todo a su alrededor estaba roto, torcido y mojado, pero los cangrejos prefirieron mirar el cielo de acuarelas rojas y amarillas. La austeridad de sus huecos sin techo les permitían esa calidad de lujos. La principal enseñanza de sus antepasados era la caminata de lado, no hacia adelante como lo suelen hacer la mayoría de los habitantes de este planeta, sino de costado. Así verían el mundo de un modo distinto, con ojos laterales, por ello fue que aquel día pudieron observar el amanecer en el oriente y en el poniente un arco iris inmenso que tenía su tesoro de monedas de oro justo en el cerro aquel, desde donde los indígenas divisaron la primera nave con españoles que surcaba el horizonte.
Los cangrejos hippies, después de ver la belleza de la playa y encontrar las coordenadas exactas donde se hallaría el tesoro, planificaron una expedición al cerro para hacerse ricos. Pero entre las platicas llegó el sueño, el cansancio acumulado de la noche disco y se durmieron una larga siesta donde todos soñaron que empezaban a caminar hacia adelante y descubrieron que las arañas deben ser sus parientes terrestres.

jugando con amigos en xalapa

https://www.youtube.com/watch?v=GWbM_PTIaHk&feature=share

cuento de xalapa, para nuestros hospedadores

Este cuanto va dedicado a Xol Y Vero , grandes amigos que hicimos aqui en Xalapa Volks
FICCIÓN DE ¼ VERDE¿
Xol y Vero parecían personas normales cuando los conocí hace unos años, cuando llegamos a aparcar frente a su casa y su estudio de diseño y serigrafía llamado ¼ Verde. Siempre fueron muy amables, demasiado amables podría decirse, amables hasta el extremo, a tal punto que decidimos tratar de entrar lo menos posible para no quitarlos de sus tareas diarias, como coser libretas, cortar cartón, beber cerveza o pasear a las hijas- perro. Aún así, cada vez que los veíamos o los cruzábamos por casualidad en la calle, nos preguntaban sobre nuestras vidas y nos ofrecían su ayuda y apoyo para lo que quisiéramos, ducha, lavadero o emergencias bañísticas (que eran las más importantes)
Con Bety empezamos a dudar de sus tratos y por momentos pensamos en huir. Pero para no ser tan paranoicas nos dimos chance de ver una película con ellos y sus dos animales, que por cierto habían bautizado con nombres muy extraños y de dudosa procedencia. Las dos veces que fuimos a ver películas a ¼ Verde echaron ciertos somníferos en nuestras bebidas, estoy segura que lo hicieron y sigilosamente lo continuaron haciendo durante nuestra estancia. Tanta bondad y nobleza en un mundo de carreritas y play station debía ser mentira, pero ¿ qué había detrás de ello?
Costó mucho darnos cuenta de algunas coincidencias claras y específicas que tenían las perras (de los nombres de dudosa procedencia) con otras muchachas viajeras que habían pasado antes por el taller de los chicos.
Bagel, aquella terrier escosés, desalineada con peinado punk, se parecía a Malena, una chica que Vero decidió invitar a su casa porque andaba viajando y le dio compasión. Auswitch, una Beagle orejona y haragana cuya afición era revisar y comer de la basura, se parecía enormemente a la adiposa Sonia, que se quedó unos días en el cuarto verde y arrasó con el refrigerador de la casa.
Un fin de semana Verónica y Xolalpa se infiltraron en nuestro plan de ir a la playa, llevarían a las perras, no pudimos negarnos ¿y si eran buenos por naturaleza? ¿y si la maldad y el misterio lo creábamos nosotros? Al encender la combi me llamó la atención que Xol llevara su libreta de conducir porque las que conducíamos eramos nostras dos. Quizás se pensaban regresar sin nosotras. Evité pensamientos de ese tipo y continuamos el viaje cantando. Los días fueron tranquilos y muy disfrutados por la tripulación, yo cocinaba por el temo de que echaran alguna sustancia extraña en nuestra comida. Todo parecía ir bien, hasta aquella noche de terror en que se desató una tormenta. Los rayos se lanzaban con rudeza sobre el mar. Xol empezó a tener mucha adrenalina y propuso un juego con las luces y la cámara de fotos en exposición lenta. Escribiríamos y dibujaríamos en la fotografía gracias a la pequeña luz de mi celular que curiosamente encontró Xol un día antes, es decir que hacía un año que tenía un celular de cuya luz nunca supe la existencia.
Todo era muy divertido, la tormenta cesó y nos encontramos viéndonos a la cara con mi compañera de viaje, ella ya no hablaba, le crecieron orejas, el pelo le comenzó salir de todas partes, la nariz se le deformó en un hocico y enseguida comenzó a respirar con la lengua de afuera. De inmediato me observé, traté de llevarme las manos a la cara para tocar que todo estuviera en su sitio, pero fue imposible, en su lugar habían dos patas alargadas y peludas. Vero y Xol nos comenzaron a acariciar la espalda. Escuché que dijeron – Ya vieron chiquitirris, nunca se iban a ir de aquí-

Cuento surgido en Xalapa

Para Moni
“El conejo anda de noche,
anda en busca de fortuna,
con la tinta del derroche
logró pintarse en la luna”

Versos de “El conejo”-Son Jarocho
En la luna de México vive un conejo, se lo puede ver con sus orejas levantadas observándonos a lo lejos en las noches de luna llena. Varias leyendas mexicanas narran cómo fue que dicho conejo terminó allá arriba.. Uno, iluso, desconfiando de la tradición oral se cuestiona cómo aquellas fantasías o respuestas inventadas a excentricidades de la naturaleza, pueden repetirse en lugares tan distantes e incomunicados. La imaginación colectiva, la creatividad de los pueblos han llevado a inventar ciertas teorías de ficción sobre sucesos inexplicables. Esto es lo que yo pensaba acerca de el conejo de la luna, hasta que un día mi amiga Moni se encontró con un conejo alvino a las tres de la mañana en un sitio totalmente inesperado.
El conejo había estado dando vueltas por toda la ciudad de Xalapa, esperando que alguien lo encontrara para transmitir el legado tan importante por el cual había sido enviado. La luna, por supuesto, debía estar llena aquella noche. Los transeúntes que lo vieron lo ignoraron completamente, alguno que otro lo señaló y le indicó a sus amigos de su presencia, pero de inmediato los demás lo tildaron de loco y continuaron con sus ocupaciones nocturnas. Al conejo le llamó la atención que nadie se interesase por él, en su labor anterior hacía más de cien años había estado en Inglaterra y hasta había conseguido que se editara un libro acerca de los aprendizajes que aquella niña había descubierto al perseguirlo.
Tras horas de caminar sin rumbo por la ciudad en la noche, llegó a la conclusión de que quizás la mente humana borre y descarte aquellas cosas que no pueda explicar racionalmente, es quizás por su preferencia estimulante del hemisferio cerebral izquierdo. El conejo se detuvo y miró a su luna, pensó que quizás sus cien años de espera para realizar la siguiente misión, habían sido en vano. Desde la sociedad victoriana a la modernidad tecnológica había una gran diferencia. Los padres a veces amarraban a los niños con las mismas correas que a los perros y cuando los niños se detenían a observar a algún animalito fuera de lo común, los padres jalaban de la cadena sin mirar siquiera qué ocurría. Por ello nadie lo seguiría aquella noche, pensó, y por consiguiente no tendría a quién compartir su revelación. En medio de sus deducciones el conejo escuchó una voz alerta.
-Oye, ¿que haces ahí?¿vienes conmigo?- le preguntó Moni, como si se le hiciera natural eso de andar encontrando animales extraviados en el ambiente noctámbulo.
El conejo la comenzó a seguir, viendo cambiados los roles anteriores que se habían dado hacía un siglo allá por el Támesis. Un tanto espantado se preguntó qué le podría suceder si en lugar de ser perseguido, perseguía. La chica siguió a su paso, permitiendole al conejo tomar el rumbo que quisiera, pero el conejo sorprendido por aquella pregunta -¿vienes conmigo?- decidió llegar hasta donde lo guiara ella. Mónica tomó la llave de su casa y abrió la puerta. -Mucho más sencillo que encogerse y agrandarse tomando brebajes extraños para conseguir una llave- pensó el viejo conejo.
Luego abrió otra reja y descendió con calma unas escaleras – Mucho más sencillo que caer en un pozo sin fin – pensó el conejo – tal vez tomé una mala decisión al seguirla, quizás me quiera guisar- concluyó al ver otros dos conejos que en el jardín se correteaban. Dudoso comenzó a inspeccionar el jardín, la chica se había tumbado en su cama y se oían a través de la puerta sus ronquidos.
-Debo huir o sino mañana acabaré en la sopa- el conejo busco hoyos por donde escapar pero solo consiguió la risa de los demás conejos que le decían que jamás podría escapar de esa cárcel de humanos, que día a día los ponían más gordos para luego almorzarlos. Le enseñaron la supuesta olla donde ya habían guisado a otros de sus compañeros, le comentaron que a los conejos alvinos los preparaban al vino tinto. El conejo miró una vez más a su luna sin conejo y le rogó ayuda. El pobre lunático nunca supo que los conejos gordos solamente estaban celosos de que él les usurpara la atención que ellos recibían allí, mimos, alimento, cariño, y que por ello le inventaban aquellas atrocidades.
El conejo alvino estuvo unos días allí, siendo el centro de atención de los niños que lo cargaban y lo alimentaban.
-Estoy engordando mucho pensó, no quiero que me preparen en guisado, debo ver cómo regresar a mi luna antes de que crezca demasiado y no entre en ella y además debo regresar antes de la luna nueva- reflexionaba el conejo elaborando un plan de escape.
Noches después mientras Mónica estaba muy entusiasmada colocando carteles por toda la ciudad con la fotografía del conejo perdido, el lunático hizo de las suyas. En el tronco de aquel aguacate encontró el mismo hoyo por el cuál se lanzó con Alicia. Miró la luna que ya estaba por la mitad. Se preocupó, debía contabilizar el tiempo, se metió en la tienda de campaña de Mónica para observar la hora del celular, a falta de reloj de bolsillo. Aquella noche se la pasó corriendo al rededor del aguacate para adelgazar algunos quilos y así poder caber de regreso en su luna. Tenía el tiempo contado. La mañana siguiente el lugar se llenó de gente que venían a preparar guisados, el alvino aprovechó la distracción de las personas y se lanzó por el túnel del hueco del aguacate. Tardaría doce horas en caer atravesando la tierra y el espacio hasta estamparse nuevamente sobre la luna.
Pocos fueron los que comprendieron la desaparición del conejo blanco, solo Morelia, una perra que le gustaba aullar a la luna notó la ausencia del conejo durante sus días terrestres.
Quizás el conejo tenia razón, la mente humana ignora aquello que su raciocinio le impide comprender.
clara

Cuento surgido en Morelia

Ayer una parejita nos quizo reparar el calzado como agradecimiento por los titeres, quedamos con los zapatos impecables y nos pareció un gesto impagable el que ellos tuvieron con nosotros, aqui les hicimos un cuento, proximamente, las fotos.
Para Fernanda y Daniel.
Morelia, julio 2015.
“El pie del niño aún no sabe que es pie
y quiere ser mariposa o manzana (….)”
Al pie desde su niño. Pablo Neruda.
LOS ZAPATEROS ZAPATEADORES
Ellos se sentaban a esperar en los parques a que la gente se les acercara, o salían tras los zapatos más necesitados para darles el servicio merecido. “Zapatero”, anunciaba un cartel pintado sobre un triplay en el suelo. A un lado se hallaba el pie sobre donde hacían la tarea de martillar los zapatos en reparación, al otro lado una bella muchacha zapateaba mientras nadie les solicitaba su trabajo, junto a ella su novio cosía una suela con mucha facilidad.
La zapatera zapateadora comenzaba a bailar con los señores que estaban sentados en las bancas y luego de aquella chispa de vida regalada, procedían a bolearse los zapatos o a reparar aquel agujero que enseñaba el dedo gordo del pie hacia más de veinte años. Los ancianos que bailaban con ella, al colocarse los zapatos acondicionados por él, se largaban bailando y zapateando como si la edad no les doliera en el cuerpo.
Los zapateros zapateadores tenían una teoría transmitida de generación en generación: los pies, antes de andar por el suelo caminando, volaban en el cielo. Sólo tenían permitido volar en el día, les decían que la noche era peligrosa; animales malignos aprovechaban la noche para hacer de las suyas. Los pies respetaban mucho las leyes. Los obligaban a andar con calcetines, medias o zapatos y los pies sólo se desnudaban para hacerse la pedicure. Era obligatorio usar talco. Otra regla de convivencia era que las medias del mismo color estuvieran separadas, en diferentes barrios.
El gran problema surgió cuando a la media naranja, por culpa de los medios de comunicación, le dio por buscar a su media naranja. Se fue de barrio en barrio para encontrar su par hasta que lo halló. Se armó tal escándalo en aquella sociedad moralista de pies, que les hicieron un juicio donde les decretaron pena de muerte. Esa misma noche las medias naranjas planearon un escape forzado, vencieron sus miedos y comenzaron a volar en la noche. No podían creer lo que veían, el cielo estaba tapizado de unos diamantes que formaban figuras en el firmamento y contaban historias. También conocieron la luna, les tocó una uña fina, un párpado cerrándose. Las medias naranjas se quedaron horas mirando la luna, no podía ser aquello un monstruo maligno, los habían estado engañando para que no conocieran la realidad, los secretos de la noche. Se durmieron contemplando el cielo y al despertar decidieron revelar aquel secreto a toda la sociedad de pies. Se quitaron las medias para que no las reconocieran y gritaron la verdad acerca de la noche por todos los barrios.
Aquel que creaba las leyes para los pies estaba desconcertado, su mundo estaba fuera de control. Tras consultarlo con su médico de cabecera llegaron a una conclusión, a los pies desnudos los castigarían quitándoles las alas, condicionándolos a vivir sobre la tierra de por vida. A los demás pies les recetarían unas pastillas para borrar los recuerdos. La orden fue dada y ejecutada. Aquel que creaba las leyes quiso dormirse hasta que el trabajo sucio estuviera terminado. Al levantarse, su médico de cabecera le informó de la rebelión, todos los pies se habían quitado sus vestuarios para exigir que se les permitiera volar por la noche. Los súbditos de su señoría (aquel que creaba las leyes) hicieron caso omiso a la orden que les fue dada y castigaron a todos los pies desnudos, por consiguiente ya no habían más pies en el reino. Todos estaban sobre la tierra caminado descalzos.
Aquel que creaba las leyes estaba deprimido y desconsolado porque no tenía a quien dominar, entonces decidió que trataría de hacer lo posible para que los pies tuvieran problemas sobre la tierra: inventó los cayos, los juanetes, la uña encarnada, pie de atleta. Enviaba a su médico de cabecera como infiltrado a la tierra para ofrecer estos medicamentos intervenidos para hacerle mal a los pies. -Ya regresaran solos – pensaba – cuando se den cuenta que es más difícil vivir libres y desnudos.
Muchos pies desearon regresar, estaban enfermos, los dedos gordos se hinchaban más y se ponían colorados, estornudaban y tosían porque no tenían como abrigarse. Pero los pies que antes llevaban las medias naranjas los convencían de resistir, hicieron un pequeño taller de zapatos para los climas fríos y dieron talleres para tejer calcetines de lana. Pero la población crecía desmedidamente y todo comenzaba a salirse de control también en la Tierra. Los talleres ya no daban abasto, entonces inventaron una fábrica de zapatos y otra de calcetines. Todo se industrializó y comenzó a llenarse de humo y trabajos forzados. Pero ningún pie regresó al cielo, ya no supieron volar sin alas. Pocos pies veían la noche, el frío los hacía cubrirse hasta las narices. Pocos pies se atrevieron a mojarse en los ríos o en la orilla del mar, les daba pudor desnudarse y que los vieran.
Fernanda y Daniel no podían permitir aquella soledad de los pies -Los pies fueron hechos para volar por la noche- decía ella – no para estar encerrados en la tierra o en el cielo.
-Hay que devolverles la gracia y la libertad- completaba el zapatero.
Por eso hasta hoy se los ve, por el mundo caminando con sus bolsas de herramientas, reparando calzados, reparando pisadas y pies con algunos pases mágicos que los abuelos les enseñaron.


Clara

Nota periodistica Xalapa 2

http://www.eltemadehoy.com.mx/el-grito-de-munch/item/2795-artes-escenicas-y-cultura-alternativas-para-sensibilizar-a-la-poblacion

Cocinando con amigos en Xalapa

https://www.youtube.com/watch?v=vf2lFn-BE6c&feature=share

Notas periodísticas en Veracruz

http://www.radiover.info/fotografia/876/el-espectaculo-de-dar-vida.html#.VahHTka23IV